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martes, 7 de junio de 2011

Ego

Sí totalmente cierto que los hombres van más al grano y sí, tiene que ser tremendamente pesado y escabroso esa ardua labor de la conquista porque ciertamente, las mujeres somos unas pesadas, unas bla bla bla bla bla. Lo que sea. No lo pongo en duda. 

Pero analizad qué ocurre en caso contrario: requerís resarcir de tal modo vuestro ego que poco importa siquiera lo que sintáis por esa persona: podéis amarla hasta los huesos incluso con esos escabrosos defectos que con tanta diligencia ella trata de esconder, u odiarla porque os repugna la forma en que os provoca ese desagradable escalofrío con tan sólo mirarle la jeta, que actuaréis del mismo modo: resarciendo vuestro ego. Incluso si esa persona trata de ir al grano también: resarciendo el ego. Nada más.

Creo que es más sencillo que un hombre lo consiga incluso con la mujer más aterrada del mundo, que en caso contrario. 

He ahí la explicación chorra del día del por qué es el hombre quien “ataca” primero. Ale a seguir resarciendo el ego. Que todavía se puede un poco más.

En serio, lo digo con toda la serenidad del mundo, nada de cabreos y gilichorradas feministas varias. Supongo que en el fondo ni yo misma me lo creo. Para que nadie se cabree terminaré con un breve resumen: TODOS/AS somos imbéciles. Yo la primera por generalizar a partir de un hecho puntual.