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viernes, 22 de julio de 2011

Ataques de creatividad que provocan un ictus

Son  las 4 de la madrugada, de un viernes, y tengo la extraña sensación de que ambiciono escribir algo y no me sale nada interesante. Debe ser el nefasto aburrimiento. Pordiosera debacle esta del hastío. 

Sí, podría copiar-pegar una de las innumerables historias o frases  irrisorias y carentes de total sentido que tengo guardadas en mi ordenador o en un cuaderno, pero inexplicablemente tampoco es lo que persigo en estos instantes.
Hoy seré… Señores, esto es lo más próximo que estaré de hablar sobre mí.

Esto es todo lo egocéntrica que puedo ser. 

Imagen robada de un blog. Pinche...








No daré una mínima pista sobre mis ideologías. Tan sólo quiero indicar la incomprensión que me provoca nuestra actitud en general. Con actitud me refiero a la necesidad imperiosa, incluso despótica que tenemos de hacernos grandes a base de hacer pequeños a los que tenemos a nuestro alrededor. Como si pisotear cuan cucaracha (qué oportuna, la realidad me acaba de premiar con el sentido más literal de dicho enunciado) las doctrinas del vecino nos fuera a hacer más sabios o por qué no, alcanzar esa auténtica verdad. Es lo que es y ya está. No hay recoveco para la duda y mucho menos para la reflexión. Es lo que es. ¡PUNTO!

Odio ambas partes. Miro hacia la izquierda, miro hacia la derecha y resulta que sólo veo lanzamiento de mierda.
Joder, ¡casi me dais cabrones!

¡Duda existencial, desaparece de una puta vez!, ¿en alguna ocasión alguien os ha creado una duda existencial de tal modo que dudáis de todo: moral, ideología, creencia, no creencia, dogma, credo, doctrina, PRINCIPIOS…? Yo sí. Me repugna. Me repugna porque me hace creer que carezco de principios.

Sabéis, no sé cómo habéis llegado a este blog, pero los pocos que me visitáis sabed que nadie de mi entorno conoce de la existencia de este blog. Bueno, tengo una ligera sospecha de que hay alguien que lo conoce. Craso error que cometí con una captura de pantalla del ordenador, pero eso es caso aparte y hay una gran lista de sospechosos. Curioso, ¿eh?
Debería hablar de cine, que últimamente apenas comento nada sobre el tema.
Otro día hablaré sobre mis rutinas, a las que a todo el mundo le parecen curiosas. Bueno, no creo que lo lleve a cabo. Al fin y al cabo esto es todo lo egocéntrica que puedo ser.

¿No crees que le falta más perro, señor Hulk?
De momento he de indicar que trato de buscar una película: “En la ciudad de Sylvia”, suena a truño infumable lo sé, pero… bueno hay un por qué. Nada más. No obstante, no hay suerte con la búsqueda.

Cerveza Budweiser, cara pero apestas.
Mejor plan:  un par de amigos, cerveza, chocolatinas (eso siempre lo aporto yo, tradición de la casa) y películas a mansalva toda la noche. Yeah! Deberíais probarlo.
O si no "picnic" de madrugada, un par de amigos, cerveza, de nuevo chocolatinas, y música a mansalva. También deberíais.
Consejos patrocinados por Doctrinas Chelvoski.