Atrás quedaron esos días en los que siendo niños nos llamábamos por nuestros nombres y/o motes, en lugar de por la poco comedida profesión de la madre del susodicho en cuestión.
¡Vuestra madre cabrones!
(Con perdón).
Fuente de la imagen, aquí.¡Ay!, almacántaros, si es que sois muy animalicos... |