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jueves, 13 de febrero de 2014

Año 2025, hora 05:14. Todo sigue igual. Todo bien


¿Os habéis planteado alguna vez que quizás en un futuro no muy lejano el ser humano no trabajará nada más que lo estrictamente necesario, incluso nada, sin horas extra, ni horas perdidas en el trabajo, sin despidos, ¡fuera contratos!?. Tendremos tal control sobre la tecnología, que sólo los elegidos por su superioridad intelectual lo organizarán todo en un par de horas a la semana y la tecnología se encargará del resto, proporcionándonos todo lo que necesitamos.
Entonces qué, ¿de qué se va a quejar la gente?, ¿sobre qué hablarán el resto del día?, ¿constituirá esto la base de la felicidad?, ¿y si el futuro no se convierte en un presente apocalíptico?, ¡¿qué?!
Imaginad... imaginad un mundo sin los cansinos del contrato de la luz y de la conexión a Internet. Imaginad una sociedad sin las llamadas del 1004. Todo a la vez. Imaginad. Qué utopía, ¿eh?