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lunes, 9 de junio de 2014

Pierre!

¡Ejem!... (permítanme beber un poco de la copa) ¡ejem-ejem!, disculpen. Estoy un poco afónico, ¡ejem!, pero no lo suficiente para que las cuerdas vocales me impidan articular palabra alguna. ¿Escuchan? Una melodía triste de fondo por Pierre. 

Sírvase usted también una copa de vino tinto y brindemos por Pierre. Insisto. Santé!

Piegg es un nombge típico fganchute. Piegg lleva camiseta a gayas y una boina negga; tiene bigote fgondoso y compga baguette. Piegg enciende un cigaguillo en la oscuguidad de la noche fgente al televisog ensendido.

¡BASTA DE ACENTO!, me he excedido, mi carraspera va a peor. Ahora susurro más que hablo.

Decía que Pierre es un nombre típico franchute. Pierre lleva camiseta a rayas y una boina negra; tiene bigote frondoso y compra baguette. Pierre enciende un cigarrillo en la oscuridad de la noche frente al televisor encendido. Relampaguea, de fondo se escucha el pequeño estruendo. Pierre ya no mira por la ventana para ver a la gente con paraguas pasar. Aspira el cigarrillo hasta el más recóndito bronquiolo y deja actuar a la macabra belleza del paso del tiempo. 
En este caso, permítanme la expresión, la zorra fue él...
Pierre ya vive entre la sombra y la penumbra del televisor a la una de la madrugada de un martes cualquiera. En la oscuridad. A Pierre le engaña su chérie con un gilipollas pretencioso que también fuma. La chérie vuelve con bolsas a casa. Lencería fina que él nunca catará. 

Pierre duerme, luego agita su cabeza, entrelaza sus manos en su corvada espalda y nada más. Todos podemos ver la pena en sus ojos... o quizás sea la maría del vecino que acaba de fumar y que le permite acallar esos gritos internos que le ruegan minar hasta el instante final y de la peor manera posible. 

Pierre, ¡Oh Pierre! en el fondo te compadecemos... y te queremos. No mereces tu padecer... o quizás sí. Nunca lo sabremos.