(Imagen "robada" de un blog, si existe algún interés en ello, pinche sobre la imagen) |
Efectivamente el coche va hacia mi lugar de destino. El hombre era guiri, y ya sabemos todos que ciertas nacionalidades ni se inmutan ante situaciones poco comunes, muy a lo gentleman, diría yo. Cuando ya estamos a punto de llegar, me percato de que esta situación no es tan normal como en un principio me había parecido. Joder, me acabo de meter en un coche de un desconocido.
Se lo comento y él, con su asentou extranjerou me contesta que efectivamente, a él tampoco le había parecido una situación de lo más común (pero sin inmutarse insisto).
Llego a mi destino, nos miramos, nos despedimos. Y ya está. Creo que me he enamorado en mis sueños. ¡Guay! Ya que en la realidad no es así, me queda ese consuelo.