.

.

viernes, 15 de julio de 2011

El cordón de mi zapato

Una  casualidad hizo que me encontrara con esto cuando buscaba otra cosa totalmente distinta…   Google es lo que tiene, y como siempre, Google tiene toda la razón (os dejo con el blog por si os interesa):
 
“No son las cosas importantes las que llevan a un hombre al manicomio.
Se está preparado para el incesto, el robo, el incendio, la inundación.
No, es la serie continua de pequeñas tragedias
Lo que lleva un hombre al manicomio.
No es la muerte de su amor,
Sino el cordón de su zapato que se rompe cuando tiene prisa.”
Charles Bukowski

El cordón de mi zapato

Hoy, mi cordón ha sido el cajón.

Me despierto,
El reloj da las 17h a las 9 de la mañana.
Llego tarde,
Necesito un documento del ordenador
Internet no marcha
Llego tarde,
Necesito imprimir otro documento,
No para mí. Es un favor.
El ordenador no tiene el programa actualizado.
Conecto otro ordenador.
No responde, dice el cabrón.

Entro al baño.
Mejor dicho, lo intento.
Ocupado.
Media vuelta: desayuno.
Llega alguien.
Me pide un favor.
Arremeto contra ese alguien
Alguien que ACABA de LLEGAR.
Se va. Culpabilidad. Acababa de llegar.

Llego tarde.
Me autocompadezco.
Me acuerdo de Dios.
¿Por qué a mí?
¿Soy el bufón para tu entretenimiento?
Continúo con la autocompasión.
Soy, soy, soy…todo rodeado de adjetivos negativos.
Continúo.

Abro el cajón en el que todo cabe.
Todo lo poco importante.
Innecesario.
Lo efímero entre lo efímero.
Se desquebraja.
En el suelo esparcidas esas pertenencias inútiles.
A punto de llegar a la cima de esa montaña.
El agua a ras del límite.
Llego tarde.

Casualidad o no…
Se cruza esa misma persona.
No sé quién es.
Pero en esos días, siempre se cruza.
Casualidad o no.
Esa persona que se desplaza gracias a unas ruedas.

Es entonces cuando el sentimiento de culpabilidad
Inunda mi mente y doy marcha atrás.
Mi vida de un extraño modo y
similar a un vídeo, rebobina
Instantes después: ¿por qué?
¿Por qué insisto en ser una maldita quejica?
¿Y tan llanamente egoísta?
Soy idiota.
Una jodida idiota.

(Basado en hechos reales, incluida la casualidad)

Afortunadamente el día acabó mejor de lo que empezó. También contribuyó a ello una disculpa.
Con lo sencillo que parece... pero está claro que dar prioridad a lo auténticamente importante no lo es.