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martes, 5 de julio de 2011

Un día más en la ciudad. Qué es.

Vivir en un barrio "poco recomendado" de la ciudad y desarrollar problemas psicológicos con síntomas típicos del estrés policial: UAJAJA ¡pum! ¡pum! Aquí un porcentaje considerable requiere un par de... cómo lo diría... ¿hostias bien merecidas?

interés en ello, pinche sobre la imagen)
Vivir aquí... Son toxicómanos que cogen prestada la radio del Audi de allí atrás a las 3 de la tarde, son profesionales del lanzamiento de cáscara de pipa. Es flotar entre las cáscaras de pipas, y hacerse paso entre excremento de perro. Es quejarse del mal estado de las calles mientras dejas a tu hijo orinar A LO LARGO DE LA ACERA cuan bestia no domesticada, es proclamar a los siete vientos la ineficacia de los barrenderos y el sistema de limpieza en general tras probar suerte lanzando los envoltorios o restos orgánicos varios al suelo por si genera esa ansiada suerte que tanto deseas y necesitas para salir del puto lugar, rodeado de tanta alma chabacana.

interés en ello, pinche sobre la imagen, aunque lo dudo)
¡Anda!, uno que me da paso en el propio paso de peatones. Veis, no todo iba a ser negativo. Nada tiene que ver que aparcara su auto en el único lugar que queda prohibido: el paso de peatones en cuestión.

Es gente dando palmadas, gente que opina que merece ser oída. Son colocados bajo mi balcón que en una misma frase pueden utilizar una sarta de vocablos tan dispares como los Abrazos, Dios, El Respeto, y Hacerse Respetar.

Todo ello embadurnado con una de esas melodías al descompás de esas palmas que tanto me gustan escuchar. Con especial interés si es después de las 12 de la noche un martes ¡Y mañana toca madrugar!

Es... olor a orina y cannabis con un ligero toque a compost. Ahhhh, ¡la ciudad!