Él sabe lo qué es perfectamente. Domina sus facciones a la perfección hasta tal punto que puede mostrar un descontrol motriz total de su cara a la perfección sin evidenciar que todo es premeditadamente fingido.
Comienza con un jugueteo con los obstáculos que se muestran al fondo del pasillo. Después pregunta para qué sirven, tropieza ligeramente cuan niño ensimismado de mirada cabizbaja. Como entretenido con el movimiento de sus pies, mantiene la cabeza orientada hacia abajo rozando estratégica y perfectamente la aflicción. Desde esa posición de cierta consternación, le mira con sus ojos azules o marrones. No nos atañe la pigmentación. Ella automáticamente se lleva la mano al pelo. Poco importa lo deliberado de la viñeta.
Intentarlo y arriesgarse a dejar huella si se hace correctamente o a hacer el ridículo más espantoso si no consigues dar en el clavo.
Pfffffffff... hacedlo.