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jueves, 20 de febrero de 2014

Como el tiranosaurio del hortelano, que ni come...

En su último año de colegio, todos conocen sobradamente que la chica esta pecosa, raquítica y rara un rato, es una crack de los relatos malos.
-Joo, maestraaa, ¡que ya leí mi resumen la última vez!
-Teodoraaaa, levántate y lee (y lo dice así, con el brazo doblado y con la mano colocada en forma de un amenazante puño cerrado -puñeteros profesores del régimen, que no dejan estar-).
-Bueno, joder:

"Creo que era un cuento de hadas, o una peli mala de los 90, no estoy muy segura. Pero va de una muchacha con gafas, morena, de aspecto que da un poco de asco (o desaliñado, que esa palabra la dimos ayer, maestra) y todas esas cosas. De hecho, de fondo se escucha una canción que dice algo así como que "le beses" bla bla bla. Pero eso no es todo, en el baile que todos  los años se celebra en su instituto, muy norteamericano por supuesto, todos tienen pareja con la que asistir excepto ella. Ella está triste pero finge no estarlo porque ella es fuerte, o al menos tiene que fingirlo porque de eso va la historia: de que hay que ser fuerte. De que hay que ser fuerte o de que hay que tener cuidado con los embarazos adolescentes no deseados, algo así. Pero lo de que siempre con condón, es fijo.

En fin, que un día el titis guapetón del instituto (ese al que no sólo las amigas de su abuela dicen que es "apañao") va y hace una apuesta en la que tienen que salir con la fea, bueno la fea que luego resulta estar todo buena. Pero bueno, esto último no es un detalle revelador de esos. Así que llega la movida del instituto y total que como que no quiere la cosa, los dos van cogiditos de la mano. El se enamora hasta las trancas, pero claro no lo admite públicamente. Ella como es la impopular, cree que el camino para salir del agujero infesto de la impopularidad es saliendo con un gilipollas de tal magnitud. Ella, claro está, no sólo empollona sino que piensa (porque va de fea, pero tetas y cerebro, un rato).

Pero cuando llegan al lugar, olvida que es un ser inteligente, la pasión domina a la razón y le sale con un: ¡¡Pero de qué vas, gilipollas!! ahora te jodes y soy la que paso de ti, que eres muy pesao e idiota, hombre. Pero breves instantes después, de la nada, bueno no exactamente... del típico ponche dopado, sale un tiranosaurio del futuro con un sable láser diciendo "griauuu, griauuu" y tratando de coger a los adolescentes con las garras delanteras. Un desenfreno, oiga... Pero el buen depredador se da cuenta de sus limitaciones prensiles y dice "griuuu griuuu" y se pasa la garra por la cabeza en forma de autocompadecencia. Bueno lo intenta. ¡Hala! a tomar por el culo lo trajes de los de la primera fila por culpa del tiranosaurio en el ponche.

...y ahí, como que no quiere la cosa, se terminan la saga de la película. Ahí, con un "THE END" en amarillo to´ chulo, en el centro de la pantalla... y de nuestros corazones (pum pum). Sí señor. Gran género este el de las pelis adolescentes de ciencia ficción.

¡Pobre tiranosaurio rex!, que con sus brazos nada puede hacer.
Ha dado lo mejor de sí, ¡pero del ponche no pudo salir!
¡Tira, tira, tiranosaurio colérico-psicodélico!, 
¡tronco!


-Joder, maestra, porque algunas, aunque feas y/o impopulares, también tienen derecho a tener un poco de orgullo, ¿no?