-El análisis ha salido tal y como esperábamos. El diagnóstico es el siguiente: padece usted el síndrome de París.
-¿...Y es grave, Doctor?
-Me temo que sí, es una mezcla del síndrome de Estocolmo junto al de la mujer maltratada. Ama París y París le tiene secuestrado; ama París y París le maltrata. No puede abandonarlo.
-¿No existe remedio, Doctor?
-Lamento decirle que no, gilipollas.