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lunes, 10 de diciembre de 2018

Una historia Lynchiana

No es un sentimiento agradable. Quiero decir, al principio sí porque caes en su trampa de egos sin resarcir sin saberlo. Así que una vez que sean resarcidos desaparecerá.

Lo que sientes después es como si trataras de extraer a través de tu esófago una bola enmarañada de pelusa, tejido celular, sangre, secreciones varias y algo de mierda.

Imaginaos, la bola está en la parte inferior de vuestro esófago.  Según Wikipedia, el esófago mide unos 25 cm de largo y sólo unos milímetros de diámetro. Imaginaos tener que tratar de deglutir a la inversa esa bola de pelusa y tejidos de unos 5 cm de diámetro.

Algunos son capaces de expulsarla antes, otros tardan más. Poco importa. Lo importante es imaginar el momento: el esfuerzo que el susodicho organismo hace para expulsarlo y lo peor es que siempre dejará resto. Es decir, aunque se ha expulsado la bola, siempre hay pequeños restos que se han quedado en esos 25 cm.

Así que seáis como seáis, tengáis una polla pequeña o una grande, seáis de grandes egos o no, por favor no hagáis jamás eso a vuestros semejantesente.