.

.

martes, 30 de noviembre de 2010

Hija mía, no aceptes caramelos de desconocidos...

Acabo de acordarme: mola cuando se tienen alucinaciones como en la películoa "EL gran Lebowski" (en la escena de la alfombra y los matones). Pero lo que no mola tanto es no saber por qué se tienen esas alucinaciones...

(Yo y mi teoría de que el té que me dieron a tomar no era un simple té...)