Hoy estoy jodidamente moña. En realidad es esa resaca dominguera transcurrida por extraño que parezca, en una biblioteca universitaria, repleta de momentos extraños de risas al recordar anécdotas varias, que me hacían parecer una perturbada entre tanto silencio estudiantil. Risas también porque sea lo que sea que me plantee, todo me sale al revés. Eso es gracioso. Lo es incluso desde mi perspectiva.
Me ha gustado esto de escribir tachando una palabra. Yo que tanto he criticado la inutilidad de la herramienta en cuestión...
He de añadir una reflexión final: cuidado... lo graciosos pero incómodos que pueden resultar esos momentos en los que la gente no se percata de que el contacto físico directo con personas de ciertas nacionalidades resulta perturbador y violento... Entonces el alemán me pregunta, ¿pero esto es normal? ¡¿Incluso entre dos chicos?!
No, no era normal. No se trataba de cuestiones culturales.