Fuente, aquí.
-Odio, S. Dalí-
Cuando pasas del odio a la compasión, ya está. Ya estás curado.
-Vaya, está de suerte, no ha quedado cicatriz, ¿baba de caracol?
-No, no. Lasitud, Lasitud. Es entonces cuando la cámara focaliza
su rostro, coge el recipiente del producto, lo sitúa a la altura de
su cara, dirige su mirada hacia el producto, vierte un poco de
contenido sobre su cara, lo esparce en ésta, y nos vuelve a mirar
instantes después, con una sonrisa fingida y antinatural, del
tipo: aprecien el relucir de los destellos de entre sus dientes.
Y así.