Goya, lo siento, no sé cómo se llama y no me apetece buscarlo... |
Odiamos lo que odiamos y no lo podemos evitar, pero podemos fingir que nos gusta.
Así, el ser humano se rinde a su propia naturaleza, esa que tanto le diferencia del resto de los animales; entre otras cosas, el saber fingir.
Devoción por el saber estar.
Claudicar, para una vez más desistir.
Colmar con un "Para qué más".