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jueves, 29 de agosto de 2013

Le llamaremos

...Fue en ese momento de soledad, sentada sola en ese banco del parque repleto de graffitis, cuando su propia crisis de los taitantos comenzó a acechar sobre su nuca. Una sombra grisácea pese a lo soleado del día. Una sonrisa maquiavélica terminó por escuchar. Oía una vocecita constante, monótona y relajada, piano piano; aquella que le alentaba a la decepción personal... Y es entonces cuando se da cuenta de que no tenía nada. De que por no tener ¡no tenía ni el puto TOEFL!, 
¡Horror!

Oh no. ¡Oh!