Markov y el número 2, por ejemplo

Si multiplicas 2·3 y le sumas 5 tienes 11 cuyas cifras sumadas, 1+1, dan 2. Si sumas el día de tu cumpleaños, 11, más las letras de tu nombre obtienes 17, que es lo mismo que obtengo yo. Pero es que además si multiplicas las cifras y le restas 5 obtienes de nuevo 2.

Concluyamos: sea como sea, si buscas una circunstancia, encuentras una casualidad que encaja con tu circunstancia inicial. Lo que es lo mismo: en ocasiones defines como causa un hecho puntual casual. 

P00, P01... P22.

Tres

A veces, si no parpadeo 3 veces seguidas o un número 3^x, mi vida está destinada al fracaso. Lo he comprobado. Lo mismo al cerrar el grifo del baño (al abrirlo da igual). A veces también me funciona golpeando la parte superior del marco de la puerta. Igualmente con los emoticonos: si envío 2 emoticonos iguales, he de añadir otro, ó 5 u 8 más. En este caso la regla de 3^x no es necesariamente aplicable, siempre que el número resultante sea múltiplo de 3.

Nota interior: no olvidar.

En el próximo capítulo de "Urgencias"...

¡So... socorro! Ayyy, so..co...rro, necesito... mis pastillas, las azules, ¡ay!, estoy muy débil... sí e...sas las de la vergüenza ajena.

De ahí a echar espuma por la boca, sólo un paso.

Posdata, siempre me ha gustado mirar al espacio, 

-Shhhh, calla, en estos momentos estoy desarrollando poderes telequinéticos.
Ffiuhhhhhh, fiuuuhhhh crahchchch fiuruuuu.

Fuente, aquí.

Dejaos de modernidades. Me gustan las cosas simétricas. 
Ras-ras.

-Manipular la mente de los terrícolas es sumamente sencillo. ¡Ujaja!
¡a bailar!, ¡yepa yepa yeepa!

Me dan un mal rollo estas pinturas... así como que van de buen rollo chupiguay
y en cuanto te descuidas, ¡zasca!, no sé si me explico... (fuente, aquí). Bueno, y si véis esta otra
ya ni os cuento.

¡Mirad que bien que me lo paso!

¡Danzad bellacos, danzad!

El reloj del jefe hace tic tac. Una y otra vez y cuando parece que le venzo el muy cabrón se para, pero no acepta la derrota y el jefe va y le da cuerda. Ahora es el router el que emana la intensa luz azulada intermitentemente, puntualmente sin vencerse por el Efecto Joules, así que pienso en lo que sucedería si vierto agua sobre él: posiblemente el típico compañero de piso informático me arrojaría por el balcón. Entonces otro de los personajes del relato, va y me pone los auriculares para que escuche música relajante, en la que parece emanar un incesante, un constante fluido por algún lugar. Es entonces cuando exaltada, nerviosa digo "¡cuándo va a terminar de gotear el agua, cuándo comienza lo bueno, esto tiene que tener un fin!, ¡que alguien cierre el grifo!" y mi nerviosismo paradójicamente alcanza cotas opuestas a lo en un principio esperado.
No te escucho insulso reloj, no te veo anodina luz, ¡Pero cierra el grifo ya!

No intentéis cambiarme, por el simple hecho de no ser, soy dichosa.

Chelvoski, imagen de "Uno de los nuestros" de M. Scorsese (1990).

¡¿Qué haría yo sin mí?!

Fuente, aquí.

Creer en el orden del caos.

¡HA OCURRIDO! He caído en el lado oscuro de la locura. 
Iré remitiendo informes  de las novedades que acontezcan puntual y asiduamente.
Besos, cariñines.