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viernes, 27 de noviembre de 2015

Soledad

Soledad. Así la llaman cuando marcha por la calle. Cuando va a comprar la típica baguette también. Para el desayuno compra croissants porque es lo más estereotipado que puede encontrar en la panadería de cualquier esquina de París. 

París es hermoso por la lluvia. Todo dios se queja a Soledad sobre la lluvia, sobre el constante tiempo gris que nos acecha. Ay Soledad, nos quejamos porque amamos la lluvia de París. La lluvia limpia toda la mierda. París tras la lluvia es hermoso. Por eso París es bello y atrae, por la lluvia.

Soledad es guapa también. Oh, Soledad.

Soledad quiere...

Que bonito nombre, Soledad.

Como decía, Soledad  quiere explicar, que digo explicar, afirmar. Así, contundentemente, ella quiere hacer un alegato a su favor, a la soledad. 

Quiere hablar también de las fruterías parisinas sin clientes en las que tan sólo entran señores en chándal.

Pero ese es otro tema. Con cierta relación, pero otro tema.

Ella puede ver al señor de la chaqueta de cuero, como se acicala frente al espejo. Se perfuma con colonia barata y se mira al espejo orgulloso. No tanto. Simplemente con un finísimo hilo de esperanza. Hoy puede suceder, piensa con cierta sonrisilla frente al espejo mugriento, típico del baño parisino vetusto o "vintage" como dirían los capullos de las inmobiliarias. Se le olvida incluso que es un espécimen especial. Con especial no me refiero a algo positivo, para nada.

Se vuelve a mirar. Luces blancas. A mi personalmente la imagen me repugna. Pero a Soledad no. A Soledad le cautiva. Soledad mira la realidad con otros ojos, ojos que yo jamás tendré. Es capaz incluso de mirar con la compadecencia y comprensión propia de una madre ante el hijo que le decepciona constantemente. Esa típica carga para el Estado, como se suele llamar.

Se engomina el pelo también. Ni siquiera Soledad sabe si lo hace antes o después de perfumarse. Ella sólo quiere ver más. A mi todo eso me parece patético. 

Es entonces cuando cierra la puerta. Se cuela en el cine de la esquina. Con su chaqueta de cuero. Chaqueta en mano. Espera en el pasillo antes de entrar y escoger butaca. Las luces se apagan. Comienza la película. Por qué no, se coloca al lado de la mujer de la fila del medio. Total, ha escogido un buen asiento. Por qué no. Esperemos cinco minutos más y deslicemos la chaqueta sobre ella. Por qué no, quizás funcione. Ahora es turno de mi mano. Por qué no, quizás le gus... 

-MAIS QU´EST-CE QUE TU FAIT CONNARD, MERDEEE, QUÉ COJONES IMBÉCIL VETE A TOMAR POR EL PUTO CULOOO, HIJ... (en fin, tanto Soledad como ustedes pueden hacerse a la idea de la continuación de la frase. Del resto también: Soledad observa cómo se levanta y se va corriendo asustado, mirando hacia atrás por última vez, con la esperanza de que nadie haya visto ni escuchado nada. Esperanza es idiota, por cierto. Pues una chica gritando en mitad de una proyección no es precisamente algo discreto. 

En realidad, ahora la película poco importa. Ahora el centro de atención se versa hacia él. Poco importa que no recuerden su cara. Lo importante es que ha vivido un momento humillante frente a gente civilizada. Como una alimaña, vuelve a su escondrijo del que nunca debió salir. Repugnante. Cómo Soledad puedes hacer creer a un infeliz como tal, que algo tan sumamente patético y repulsivo puede funcionar. Conmovedor.
Soledad, ¿te puedo hacer una confesión? mejor no.

Llueve en París. Pero personalmente, desearía darle un nuevo uso, y meter mi paraguas por el culo del señor. 

Soledad entonces no puede evitar la debacle ni sentir vergüenza ajena. Yo tampoco.

Ay Soledad, siempre pecas por exceso de ingenuidad. Soledad-Soledad, sí que eres guapa.

martes, 24 de marzo de 2015

La película culpable de mi nueva recaída al comunismo:


lunes, 24 de noviembre de 2014

Lista negra I: frases que no quiero volver escuchar

Ni siquiera recuerdo exactamente cómo era. La frase decía algo así:

-Garde ton esprit.

Desconozco el significado. Puede que ni siquiera él sepa el significado que le di. Que frase más odiosa. Desde entonces custodio dicha frase en la Lista Negra que guardo en la cartera junto a mi.


domingo, 22 de julio de 2012

domingo, 22 de abril de 2012

Crítica social subestimada

Un funesto día soleado, va un señor y se hace un revuelto,
mas aprovechándose el hidalgo, del vacío legal al respecto,
avispado introduce un poco de lo otro y un mucho de esto.
Entonces así, por increíble que parezca, termino yo diciendo:
¡No quiero más pasas en mi paquete de frutos secos!, 
¡cabronazos! 
-Oda a los productores de frutos secos-

viernes, 18 de noviembre de 2011

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S.O.S. ¡Por favor! ¡Sáquenme de esta década anodina, repleta de apestosa ambigüedad! S.O.S.
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viernes, 30 de septiembre de 2011

¡Se hace saber, que por orden de la señorita Chelvoski...!

Quiero expresar mi aversión por esta ciudad de nuevo, donde incluso los universitarios, "CÚSPIDE" del intelectualismo y CIVISMO de la ciudad, son unos guarros incapaces de tener la suficiente coordinación física e intelectual para tirar un envase a una papelera. Agradecidos a esos otros que aunque los depositan en el compartimento inadecuado, perjudicando así la labor de reciclado, al menos tienen la decencia de no lanzarlos al suelo. Gracias. Gracias porque me embelesa andar como pisando huevos por la  universidad. Sí, sí idos todos a Alemania y tal que es un gran país. A este que le den bien por el conducto anal.
Lo que se pierde esa gente que cuando ríe cierra los ojos. Creo que son risueños. Los odio. Pero sin rencor, ¿eh?

domingo, 18 de septiembre de 2011

Confundir un simple Trastorno Obsesivo Compulsivo con un sueño,  con un destino.


Fuente de la imagen, aquí.
Jo, no sé por qué, pero me encanta la estética de estos dos grupos: Rammstein y más aún Laibach. Son muy de propaganda barata, ¿no?

sábado, 3 de septiembre de 2011

¡Oh!, ¡idílico lugar este en el que vivo!

Antes de leer, dale al play. Más que nada para ambientarte.

(Lo sé entramos en otoño y no en primavera, pero va más con el relato proporcionándole un toque aún más sarcástico si cabe).

¡Oh!, ¡idílico lugar este en el que vivo!
¡Oh!, ¡dulce, y ansiada lluvia!¡Estás aquí!
Has apartado de esta asquerosa ciudad el apestoso calor, esos guiris ebrios en calcetines con chanclas y otros beodos, los bronceados tono tapizado-sofá de cuero, pero sobre todo, los funestos impúberes que tengo como vecinos gritando bajo mi balcón. Conspicua tarea al evidenciar lo que es aún mejor: también diluyes sus malditas y repugnantes orinas (sí, tal cual leéis...)
¡Por qué no!, y por la sudadera que has hecho que me ponga. 
¡Muere verano, muere! 


En serio, ¿por qué no vienen ya meaditos de casa? Y lo que es peor, ¿por qué los padres no recriminan ese acto tan incívico?
Mis sandalias lo agradecerían y yo dejaría de andar por este barrio como si fuera pisando huevos...

lunes, 11 de julio de 2011

Miedo y asco en la cola de un Lidl

Advertencia, este post ha sido escrito en venganza a la crisis de los pepinos españoles. Advertido pues, continúe usted leyendo.
La vida no es aburrida. La vida puede ser todo lo amena que tú quieras. Si en alguna ocasión te apetece una aventura, llámame y vamos a un Lidl.


Porque en un Lidl vivirás experiencias varias propias de un supermercado de bajo coste en general. Encontrarás el etiquetado en todos los idiomas por haber, pero el español/castellano brillará por su ausencia o al menos costará encontrarlo porque está ahí, ¡en la esquinita!

de una web. Si existe algún interés en ello,
pinche sobre la imagen, lo recomiendo)
Aquí, sólo aquí, se te puede colar un toxicómano con la lata de cerveza y el jamón camuflado bajo el chándal fluorescente, o el alcohólico te demandará permiso para pasar delante tuya porque tan sólo lleva el cartón de vino. ¡Muy caballeroso, señor de A.A.!

Tampoco faltará el que habla raro, algo así como ruso, que se te pondrá a escasos centímetros de tu nuca, o ¡por supuesto!, el que deja el pan en la cinta mientras hace el resto de la compra que es básicamente todo lo que necesitará para la semana a excepción del pan, claro.

A veces incluso no faltará el típico niño delincuente de poca monta, o peor aún: el padre.

Pero lo que sólo en especiales ocasiones sucederá, será ver como la madre adolescente que tienes justo delante coge la compra, se despide y deja el carro, con niño incluido, ante tus ojos, justo ahí. Un niño que, con ojos grandes y no sin cierto asombro por lo boquiabierto que queda, mira hacia arriba y a su alrededor como extrañado. Y tú, sin saber muy bien qué decir, ni cómo, ni yo qué sé qué, nervioso, te quejarás ¡de que no puedes poner la compra sobre la cinta! y dirás, "lo siento chico, yo le tengo miedo al compromiso, aún no estoy preparado para tener hijos.
Pero afortunadamente, en ocasiones la madre, tras ver a un niño cuya cara “le suena” tras el cristal, volverá. Cómo no, gritando. Pero volverá.

JODER, MIERDA. ¡Qué queréis por el precio al que te ofrecen sus productos! Yo voy siempre que me es posible. Bueno desde la crisis de los pepino no.


Ahora una escena de película romántica: Enamoramiento en la puerta de un Lidl.

miércoles, 15 de junio de 2011

Cosas que no entiendo muy bien para qué sirven

Windows 7, te hablo a ti. Efectivamente, si quiero abrir/instalar un programa es porque quiero. ¿Por qué insistes en preguntarme si estoy segura de ello? Si es un programa con ciertos riesgos lo abriré igual. Yo no detecto los virus. No soy un jodidísimo antivirus.
Tras XP, Microsoft comenzó su nefasta e insaciable debacle hasta llegar a cabrearme de veras.

sábado, 11 de junio de 2011

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Por mucho que os riáis, personas "bilingües", para mí la MTV será siempre la jodida y nefasta eme-te-uve.

jueves, 2 de junio de 2011

Ingenierías en general y Pilot en concreto

¡Sueñas con irte a letras para pegarte el fiestón! Turururúuuuu...


Eh, ¿Os habéis dado cuenta la cantidad de zurdos que hay en las ingenierías? juijui juiiii. Es que ayer me senté en una mesa en la biblioteca de la politécnica en la que todos eramos zurdos! Fue mítico.

Pero tengo una mala noticia hermanos zurdos... viviremos una media de 7 años menos.
Mierda, ¡No! ¡Son 9 años menos! ¡Nueve!


"La escritura es difícil de aprender para los niños zurdos, además, usualmente los profesores rechazan enseñar a los niños del modo que les es más sencillo. Esto es porque la escritura con la mano izquierda es una imagen invertida (escritura especular, como en un espejo) a la diestra, haciendo el proceso de aprendizaje confuso para estudiantes zurdos. El resultado es que la mayoría de los niños zurdos escribe con la mano torcida con respecto al antebrazo, en vez de simplemente inclinar el papel o ponerlo al otro lado del cuerpo. De este modo la mano va cubriendo la tinta fresca, forzando al que escribe a levantarla del papel y haciendo la sujeción aún más incómoda. Se emborrona y mancha además los dedos, el canto de la mano y el puño de la manga. Una vez que el hábito se ha formado, es difícil de romper. Incluso algo tan fácil como trazar una línea recta puede ser complicado, dado que no pueden ver la forma de la línea a medida que avanzan en la hoja. Cuando la mano izquierda se coloca correctamente, está por debajo la escritura. Los diestros van apartando la mano de lo escrito con su avance al escribir, y cuando llegan a la línea siguiente han pasado unos segundos que le han dado tiempo a secar a la tinta." (Wikipedia ha dicho)

Ya está ¡renunciad a los Pilot! (bolis... estáis desde hoy en mi lista negra por no permitirnos escribir sin guarrearlo todo).

domingo, 29 de mayo de 2011

Sí, por cobardía acabo de eliminar una entrada antigua de este blog. Quizás algún día la vuelva a publicar. Quién sabe.

No hay escapatoria

 Facebook te da una perspectiva de las cosas y de la gente poco realista.
Lo de las fotos en las que todos, engañosamente salimos genial y lo de los "amigos" con los que ni hablamos, son chorradas que constituyen tan sólo la punta del iceberg.

martes, 24 de mayo de 2011

Mi lista negra

Tanto tiempo con el blog y aún no he hablado de mi odio hacia la S.N.C.F. (compañía de trenes francesa).
Algún día, cuando tenga tiempo, rememoraré lo acontecido hace cosa de un año y despotricaré a su costa.
Es por ésta que hoy abro una nueva sección en mi blog: Mi lista negra.
¡Va por ti, S.N.C.F.!